a tu mirada
al olor de tu ciudad que todavía queda en mis dedos
como un reflejo
la humedad que todo se lo come
la obviedad de querer matarnos con un beso
mesa mediante
Y entonces es cuando insisto en volver a tu recuerdo
tu sonrisa carcomida
tu ironía destilada
Ese olor a hospital que se nos escapa
E insisto en volver a tu recuerdo
macerados como copas
de árboles bajo las tinieblas
de músicas arbitrarias
e insisto en volver a tu recuerdo
porque sí
porque me da la gana
porque te quiero
porque estoy borracha
porque podrías haber sido
el padre de los hijos
la vida de la vida
la sangre de la sangre
el viaje de los viajes
alucinando
junto a mi
junto a un lecho deslucido.
Porque te quiero, repito
porque me da la gana
y porque a estas alturas, que importa, ya
el rumorear al pasar
de las voces ajenas
del tiempo sin sanar
las oscuras vértebras
del pan mal comido
la ropa raída
del fin de los tiempos
deslucidos
como delirios
que ya no te dicen
vienes conmigo?
Y entonces insisto
en este verso circular
en esa deuda de tu olor contra mi olvido.
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