Entre el amor y el desamor,
el sol amanece entre fluctuaciones rojizas:
nada de pena.
Un imposible,
mi vida en Beirut,
quema las naves en megalómanos trances
de euforia platónica.
Ya no hay ruegos,
no hay lamentos.
Demoliciones de casas malacabadas.
Sueño contigo
¿Sabías?
Ahhh, soñar contigo.
Ese placer del que no podré informarte,
disculpá la demora.
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