Fica le explicó que estaba buscando a Trastas.
Trastas le explicó que estaba buscando a Fica.
El viejo sonrió, y no dijo nada.
¿No va a decir nada? Preguntaron, ambos, en páginas distintas.
El viejo le preguntó a Fica, ¿Y tú para qué lo quieres?
-Para dejarle versos en papel higiénico cuando me vaya.
El viejo luego le preguntó a Trastas, ¿Y tú para qué la quieres?
-Para explicarle de qué están hechas las despedidas.
El viejo se acarició la barba, miró la ventana largamente y respondió con una pequeña mueca en el gesto:
-Tomen el camino hacia los garabatos de este libro, cuando no había libro, cuando sólo había un presentimiento de Fica, un sueño de Trastas. Y entonces despertarán.
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