Las cartas no me avisaron

Las cartas no me avisaron
que la mano de dios vendría
en forma de pared para darse con mi rostro,
contundentemente sangrado hasta darme cuenta
que ser poeta no garpa, en ninguna de sus acepciones.
Que incluso ser drag queen tendriá más sentido,
tatuada la entrepierna, anillados los labios,
envueltas las tetas, oculto el corazón
-nunca es lo que hay, siempre lo que queda-
Que podría haber optado por ser
el piano de Buena suerte y hasta luego
o de Perfect day
corresponsal en minifalda en zonas de guerra
virgen ante condottieris
puta entre apóstoles
el whsiky más caro del mundo
la punta hecha con el mejor Super Thai
que alguien guardó para fumar después
un vegano aplastando una cucaracha
los pantalones de los hermanos robinson tocando Remedy
casada en las vegas con un desconocido
suicide girl,
vaqueta hoy, chapa y pintura para después
La colegiala de Lies
o un pin up de zorra con lentes sin aumento.
Sin embargo soy poeta, malo decirlo, feo hacerlo
cuidado que mancha, se rompe y no se toca
y en este pacto inequívoco de ser perdedor ante todo
por la sola devolución de una inspiración indecorosa
sea de cemento o pedregullo
arpillera o terciopelo
la sangre me trae más imágenes
las imágenes más versos
me atrae directamente a la poesía y no a tus ojos
y es mediante ella
y gracias a ella
que los toco

3 comentarios:

olga leiva dijo...

salada patada, hermoso poema, hermosa

J. Angel dijo...

mooooooooooooola.... :D

_XdC_ dijo...

sin embargo no era una patada ni ahí. Pero tá. Salió eso.